El aprendizaje de la lectoescritura suele ser la primera preocupación académica de muchas familias. Nos han hecho creer que hay una edad determinada en la que el niño o la niña tiene que aprender a leer y a escribir. Esto no es así; el aprendizaje de la lectoescritura, como muchos otros, está condicionado por diferentes factores: edad, madurez, interés del niño o niña, el papel del adulto que es referente, etcétera.
Ningún aprendizaje tendría que suponer sufrimiento. El uso de materiales manipulativos que trabajen las diferentes áreas que entran dentro del proceso de la lectoescritura es imprescindible. No se necesitan fichas; se necesita respetar las necesidades de cada niño. Si quieres que tu hijo o hija comience a adentrarse de una forma diferente al fascinante mundo de la lectoescritura, o si necesita un enfoque diferente para mejorar, consúltanos.